martes, 28 de noviembre de 2006

Hablando claro

Hoy, es un día, en que me siento un poco crítico, conmigo, con la gente, con todo en general, supongo que se está despertando en mi el espíritu crítico y de guardían de la verdad que se nos supone a los periodistas, aunque no quiero decir con esto que sea el mejor ni nada de eso, nada más lejos de mi intención.
Pues bien, este espíritu se concreta en especial, en lo relacionado con la prensa, desde dentro y desde como se nos trata desde fuera. En primer lugar, tras algunos comentarios por algún "deportista" desagradecido o los gestos de alguna estrella "musical", si esque se puede calificar así, me pregunto si podemos permitir que se ningunee a los periodistas, grupo en el que espero estar algún día. Pero, ¿qué te crees que serías si la prensa que te "persigue"?, ¿ácaso te crees que te conocería alguien?, o ¿se preocuparía alguien por saber si este domingo has ganado o te has salido de la pista? y por último, creéis, vosotros que os hacéis llamar cantantes que si no fuera por la prensa, alguien escucharía vuestros discos, en fin, bajo mi punto de vista, debería de haber un poco de sentido común y en cierto modo "agradecer" esta publicidad.
Por otro lado, no quiero con esto decir que las personas "famosas" no tengan derecho a la intimidad, claro que no me refiero a eso y soy el primero que piensa que nadie debería dar crédito de quién se acuesta con quién y que si se deberia dar a aquella persona que lo es por su trabajo, por su esfuerzo y no porque se ha estado llenando los bolsillos a costa de los contribuyentes.
Espero haber dejado claro que no vale todo en la prensa, que no se puede invadir la vida privada de las personas, pero que lo que tampoco se puede hacer, según lo que yo pienso, claro, es despreciar de esta forma el trabajo de diario de los que conceden o retiran la fama.

1 comentario:

Victoria Cáceres dijo...

El problema es que los límites entre vida pública y privada se han solapado hasta tal punto de no saber si todos vivimos dentro de un reallity show a nivel macro en donde nuestras interacciones son reproducidas vía satélite a, váyase usted a saber que otros mundos...

Supongo que en ese lío en el que estamos metidos es muy difícil distinguir entre ser famoso, medio famoso, super famoso o perseguido y acosado.

Está claro que hay mucha gente que sin la TV no sería nadie, pero no se puede legitimar el acoso que hace muchas veces dicho medio, como tu bien dices.

Lo peor es que para deshacer el entuerto deberíamos empezar por cambiar las mentalidades consumistas de televisión, y eso, me temo que es imposible. No hay como llegar a casa y darle al mando (no es mi caso), y tragarte lo que sea, al fin y al cabo, no supone ningún esfuerzo...